Wednesday, November 21, 2007

Campo laboral y perfil del traductor

Campo laboral y perfil del traductor.

No pocas veces se ha puesto en tela de juicio el campo laboral de los traductores en nuestro país, y muchas veces se esgrime como causa del cierre de los programas universitarios una supuesta falta de campo laboral para las futuras generaciones de egresados de la carrera. Pienso que esto se debe a una cierta limitación en la visión del perfil del profesional que actualmente se prepara en los centros de estudios y a un descarte de las variadas tecnologías que han dado un vuelco significativo a nuestro campo de operación en el mundo laboral.

Resulta evidente que la profesión se ha expandido desde la introducción de medios de comunicación globales que hoy garantizan una llegada a todos los ámbitos culturales del mundo. Ya no se espera reproducir la imagen de un traductor encerrado en su pequeño escritorio con una biblioteca personal de diccionarios en copia dura y preocupado de contactar directamente a los posible usuarios de su operación profesional. El perfil profesional deberá integrar todas las características de una persona conectada con el devenir especializado de todo el planeta, y poner en cuestionamiento la imagen anteriormente revisada. Las áreas lingüísticas donde podemos aportar nuestra experiencia se ha ampliado en una cultura intelectual y profesional que ha ido cobrando interés y aplicación de varias técnicas lingüísticas necesarias en las áreas profesionales que actualmente se difunden en varios idiomas y en varios dialectos de una misma lengua. Este es el campo de la localización y normalización lingüística, temática que se estudia y analiza particularmente desde el método de la traducción.

En un momento de inseguridad sobre el futuro de esta carrera en Chile, se utilizaba la estrategia de asociar la carrera a distintas menciones ligadas a la gestión comercial o administrativa. De allí las carreras de Traducción con Mención en Comercio Exterior, por ejemplo. Ambos campos son intensos y de alta complejidad, y ninguno debería ser mención del otro. Lo que yo percibo es que no es necesario poner estas menciones ni reducir el perfil del profesional a puestos administrativos, diplomáticos o comerciales restringidos. Lo más probable es que nuestros colegas del futuro estén, como muchos ya lo están, conectados globalmente, traduciendo para instituciones y negocios esparcidos en todo el planeta, o modificando discursos generados en lugares del planeta donde nunca pensamos actuar directamente.

Las asociaciones internacionales de traductores han recuperado el rol del traductor desde el ámbito de las ciencias humanas, desde la innovación tecnológica que necesita ser difundida rápidamente por el mundo y desde la actuación del traductor como facilitador de las comunicaciones entre distintas culturas y modos de vivir, como un agente de soluciones lingüísticas y, como se ha difundido, un profesional directamente relacionado con la difusión de la democracia y los derechos humanos, desde su lugar de contacto entre visiones del mundo distintas y entre lenguas que muchas veces entran en conflicto. Actualmente no hay reunión internacional que no convoque la experiencia de los traductores ni actividad profesional globalizada que pueda dejar fuera su participación experta. Lo mismo es aplicable a los interpretes.

Por tanto, es un momento muy interesante y promisorio para los programas académicos de traducción, una instancia que los fuerza a renovarse y disponer nuevas metodologías para logro de un perfil profesional altamente especializado e internacional.